viernes, 1 de junio de 2007

Cuando el miedo se acerca…

No es de extrañar que en el mundo en el que vivimos, una de las características más humanas sea el miedo, pero sí que es sorprendente el punto al que hemos llegado.
Esta el miedo a la muerte, por si eso implica dejar de hablar, sentir, reír o llorar… el miedo a la soledad, a quedarte sin nadie, sin familia, amigos, etc el miedo al dolor por una enfermedad tuya o de algún ser querido… y el más doloroso, el más sufrido, el más difícil de curar…. El miedo a dar y pegarnos el batacazo.
La mayoría de la gente tiene ese miedo, unos consiguen afrontarlo y otros se quedan paralizados ante él. Es ese miedo a dar tu mente, tu alma, tu cuerpo a alguien y que ese alguien lo desprecie, no lo valore, no haga buen uso de él o simplemente, que no le guste lo que le has dado. Es como cuando un artista crea una gran obra y no es bien recibida, supongo que será un sentimiento muy parecido, sólo que cuando se trata de algo tan personal e íntimo, siempre es peor.
¿Cuál es la verdadera causa de ese pánico ante el otro? No lo sé pero quizás sea la experiencia ajena. Sí, juega muy en contra porque va transformándote sin darte cuenta. Esto es el saber demasiadas cosas de los demás, saber sus experiencias, lo que les ha pasado… y como además seas un poco observador, entonces estás hundido y tocado. Porque cuando se saben demasiadas cosas por experiencia ajena, sólo cabe un pensamiento, “no quiero que eso me pase a mí” y ante eso sólo hay una salida, no hacerlo, no ir por todos los caminos que puedan conducir a ese trágico desenlace que le pasó a fulanita. Y la conclusión de todo esto es, que nos perdemos cosas una tras otra por el miedo a que algo malo nos pase.
Sin duda, los seres humanos somos retorcidos e idiotas.

1 comentario:

Tania dijo...

Yo creo que mas que retorcidos e idiotas (que también), somos un poco como animales, que funcionamos por instintos...en este caso el de autoprotección. El que así solamos terminar haciéndonos mas daño se nos olvida, pero es que vivir es para valientes.
Besos princesa.